Campaña de Personas sin Hogar

Llevamos ya 24 años de Campaña “Nadie Sin Hogar”. 24 años transmitiendo un mensaje de dignidad, de derechos, de posibilidad, de rostros y personas concretas que ponen nombre y piel a las salvajes cifras del descarte y la exclusión.
Carmen, Luciano, Abdel, Alexandra, Antonio, Claudia…son miles las personas en situación de sin hogar, y cada una de ellas con una historia de vida, con un pasado que a veces pesa mucho en el presente, pero por encima de todo con un futuro, inmediato, que nos interpela y reclama dignidad, acceso a derechos, un hogar….
Queremos proponer y construir un modelo de sociedad diferente, que ponga a las personas y su dignidad en el centro, no únicamente acabar con la pobreza. No queremos una sociedad de personas sin derechos, de expulsiones, de descartes, de exclusión radical… Todo ello debe indignarnos, conmovernos, movilizarnos. Frente al individualismo creciente, al anonimato en que vivimos, a la indiferencia ante la realidad del otro, desde la Campaña “Nadie Sin Hogar” llamamos a ser en común: porque mis derechos son tus derechos, porque las situaciones que atentan a la dignidad de cualquier persona ponen en cuestión mi propia dignidad.
Eso es lo que pretende ser esta Campaña, un ejercicio de sensibilización y compromiso común con la realidad de las personas en situación de sin hogar. Esa responsabilidad tiene que llevarnos a un horizonte de soñar posible lo que hoy parece imposible: que toda persona viva con dignidad en un hogar propio, en paz y permanente.
Cáritas Madrid
IV Marcha Mariana Agustiniana

IV Marcha Mariana Agustiniana Interprovincial al Monasterio de la Vid
La MARCHA MARIANA 2016, este año se celebró el sábado 4 de junio, desde Peñaranda de Duero al Monasterio de Santa María de la Vid, bajo el lema: MARÍA, ENTRAÑAS DE MISERICORDIA.
Esta actividad busca ofrecer un cauce de crecimiento en la fraternidad y el agradecimiento a Dios y a Ntra. Sra. de la Vid por todos los dones recibidos y por todo lo experimentado y vivido durante el curso que va terminándose y que nuestra madre, María, ha realizado a nuestro lado.
Como novedad, este año, animó el canto litúrgico de la celebración eucarística la Escolanía del Monasterio de El Escorial. También, y en el marco del Jubileo de la Misericordia, el arciprestazgo “Santo Domingo de Guzmán” al que pertenecen tanto la parroquia de Peñaranda como la de La Vid, ofrecieron la peregrinación como oportunidad para que los fieles de la zona, y todos los que participaron, pudieran ganar el jubileo en las condiciones establecidas. La Iglesia del Monasterio ha sido declarada templo jubilar para este año.
De nuestra Parroquia, han ido varias personas que nos han cedido sus fotografías para ilustrar esta nota. Os animamos a sumarse a la próxima marcha mariana! Os mantendremos informados! (para agrandar las fotos, pincha en una)
Modernas Tentaciones

- Tentación del indiferentismo: Me da lo mismo. Todo vale
- Tentación de la moda: Está de moda. Se lleva. Para ser como todos
- Tentación del conformismo: Nos resignamos. Nos acomodamos. Tiramos
- Tentación del consumismo: Placer de consumir, de tener, de dominar con el dinero, Todo es comprable: Cosas y personas. Usar y tirar. Nada es absoluto y para siempre. Todo es caduco
- Tentación del agnosticismo: Dónde está Dios? Para qué sirve Dios?
- Tentación del desencanto: Para qué luchar, emprender algo nuevo?. Nada merece la pena. No se consigue nada. Vamos a vivir tirando sin más complicaciones. Nos sentamos en la cuneta y vemos pasar la historia
En esta Cuaresma, ayunemos de estas tentaciones
Cuaresma de la Misericordia

¿Cuáles son las obras de misericordia?

La Cuaresma
Es un tiempo de conversión que bien pudiera consistir en hacer ese “examen de conciencia” sobre nuestras actitudes, sobre lo que hacemos o lo que dejamos de hacer con las personas que lo necesitan. Revisar nuestras enemistades, odios, rencores, espinas que llevamos clavadas. También nuestras agresividades, impaciencias, intolerancia…
Es una llamada a no estar tan pasivos ante las cosas que pasan a nuestro alrededor. Hay mucho dolor y sufrimiento en todas partes. ¡Es la hora de la misericordia!
Las personas más mayores nos acordamos muy bien de “las obras de misericordia”: Siete “corporales” y siete “espirituales”.
Las obras de misericordia espirituales son estas:
- Enseñar al que no sabe
- Dar buen consejo al que lo ha de menester
- Corregir al que yerra
- Perdonar las injurias
- Consolar al triste
- Sufrir con paciencia las adversidades y defectos de nuestro prójimo
- Rogar a Dios por los vivos y difuntos
Y las obras de misericordia corporales son:
- Visitar y cuidar a los enfermos
- Dar de comer al hambriento
- Dar de beber al sediento
- Dar posada al peregrino
- Vestir al desnudo
- Redimir al cautivo
- Enterrar a los muertos
Fuente: “El Promotor de la devoción a la Sagrada Familia” – extracto de artículo de José Luis Saborido Cursach
Misericordia quiero y no sacrificio | Mt 9, 13

Extracto del Mensaje del Papa para la Cuaresma 2016
“La misericordia de Dios transforma el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia. Es siempre un milagro el que la misericordia divina se irradie en la vida de cada uno de nosotros, impulsándonos a amar al prójimo y animándonos a vivir lo que la tradición de la Iglesia llama las obras de misericordia corporales y espirituales. Ellas nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu, y sobre los que seremos juzgados: nutrirlo, visitarlo, consolarlo y educarlo.
Por eso, expresé mi deseo de que «el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina» (ibíd., 15).
En el pobre, en efecto, la carne de Cristo «se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga… para que nosotros lo reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado» (ibíd.). Misterio inaudito y escandaloso la continuación en la historia del sufrimiento del Cordero Inocente, zarza ardiente de amor gratuito ante el cual, como Moisés, sólo podemos quitarnos las sandalias (cf. Ex 3,5); más aún cuando el pobre es el hermano o la hermana en Cristo que sufren a causa de su fe”
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