Plan Diocesano de Evangelización 2015-2018

Entre todos, con todos, para todos
El Plan Diocesano de Evangelización tiene por objetivos:
- Acoger con alegría el don de la comunión que Jesús nos trae y a la que nos incorpora por la gracia de Dios
- Responder de nuevo, y con renovado vigor, a la llamada que Jesús hizo a sus discípulos: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación»
- Discernir la acción de Dios, que ya está actuando en el mundo, y secundarla con nuestro trabajo. Para, de este modo, servir a los hombres, nuestros hermanos, y a la sociedad.
La ideas es realizar juntos durante los tres próximos cursos (de 2015/2016 a 2017/2018) en la Archidiócesis de Madrid un camino de conversión que nos «devuelva la alegría de la fe y el deseo de comprometernos con el Evangelio».
Una conversión que se traduzca, asimismo, en una renovación de las estructuras de la Iglesia en Madrid, y de nuestros estilos y métodos pastorales, de modo que sirvan más y respondan mejor a las necesidades de la evangelización del momento actual.
También busca:
- Avanzar y mejorar en la comunión y pertenencia eclesial
- Ayudar a los fieles y a las comunidades cristianas de nuestra diócesis a crecer para evangelizar
- Discernir juntos cómo Dios nos precede en la misión a la que nos llama personal y comunitariamente
- Proyectar las acciones evangelizadoras
Con la metodología de la lectio divina, cada año se profundizará en un tema
- 2015-2016: Conversión Pastoral para una transformación misionera de la Iglesia en Madrid
- 2016-2017: Desafíos, tentaciones y búsqueda del espíritu verdadero del evangelizador
- 2017-2018: El Pueblo de Dios que vive en Madrid anuncia el Evangelio y descubre las repercusiones personales y sociales.
Todos estamos invitados, porque todos somos discípulos-misioneros
En toda la Archidiócesis de Madrid se están formando grupos de trabajo formado por los fieles cristianos reunidos en grupos de entre 10 y 15 personas.
En la Parroquia de Santa María del Bosque también estamos invitados a participar.
Lo que se nos pide a cada uno es una participación en el plan a partir de su vida y del apostolado que ya estamos realizando. Por tanto, cada cual habrá de discernir el mejor modo de integrase y de participar activamente en él, acomodándose a su realidad y circunstancias.