Las obras de Misericordia corporales

«Señor, Padre de Misericordia, derrama sobre nosotros el Espíritu del Amor, el Espíritu de tu Hijo»
Plegaria Eucarística, V
La misericordia es más que la justicia; en ella se trata de prestar atención y ser sensibles a la necesidad concreta del que nos sale al paso. Se trata de vencer la dureza de corazón ante las necesidades corporales y espirituales de los otros.
Veamos hoy LAS OBRAS DE MISERICORDIA CORPORALES.
Recordemos: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, dar posada al peregrino, visitar y cuidar a los enfermos, redimir al cautivo y enterrar a los muertos.
Como podemos ver hay diferentes tipos de pobreza o necesidades. Las obras de misericordia corporales primero atienden a la pobreza física o económica: no tener un techo sobre la cabeza ni nada en la cazuela con la que saciar el hambre o la sed, etc. Después se pasa a la visita y atención a los enfermos, liberar a los cautivos y enterrar a los muertos. Hoy seguramente tendríamos que incluir también dar trabajo a los parados, acoger a los refugiados y emigrantes…
Reflexión parroquial Mayo 2016